Un paseo por la villa es imprescindible: monumentos, casas de pescadores donde cuelgan los típicos ‘curadillos' - peces, normalmente pequeños escualos, deshidratados al aire (forma primitiva de conservación), que constituyen un manjar único y muy típico -, tiendas, el faro, el puerto, un aperitivo o comida marinera…Y como complemento un paseo por el concejo nos lleva a paraísos únicos como la Playa del Silencio, la de Gueirúa, la Concha de Artedo, la de San Pedro de la Ribera, y a las inigualables vistas panorámicas del Cabo Vidio, uno de los grandes promontorios y acantilados de la costa asturiana.
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